A la Iglesia de Dios Ministerial
En columna del 12 de julio pasado, “Pícaros degradan la libertad religiosa”, escribí que a doña Maria Luisa Piraquive, cabeza de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, la investigaba la justicia por presunto enriquecimiento ilícito, lavado de activos, estafa y abuso de confianza al forzar la entrega de bienes y donaciones a su iglesia. Que a las finanzas de esta institución contribuía “el poder que emana de oficiar a un tiempo como iglesia y como partido bajo la divisa de ‘un fiel, un voto’”. En amable comunicación, me pide su apoderada aclarar que contra la líder de esa iglesia no obran ya investigaciones por estafa y abuso de confianza ni vinculaciones por delito alguno dentro del sistema penal acusatorio. Que la iglesia es entidad distinta del partido MIRA y que no se practica en ella “voto por fiel”.
Adjunta, en su abono, copia de oficio 22-07-2016 expedido por la Fiscalía según el cual no figuraba en esa fecha información sobre procesos penales contra la señora Piraquive. Advierte el documento, no obstante, que “esta información se brinda con base en los datos que a la fecha se encuentran en los sistemas misionales de la Fiscalía General de la Nación, sin que ello constituya certificación, ya que los mismos son un marco de referencia”. En el mismo sentido y salvedad obra oficio 01-08-2016, para reconfirmar que en el mencionado sistema de información no figuran investigaciones contra ella por enriquecimiento ilícito, lavado de activos, estafa o abuso de confianza.
En efecto, la Fiscal Quince penal de Bucaramanga certificaba el 5 de febrero de este año que el 24 de diciembre de 2015 se archivó en ese despacho investigación penal adelantada, entre otros, contra la señora Piraquive, “por los presuntos delitos de estafa, enriquecimiento ilícito de particular, constreñimiento al sufragante, falsedad material en documento público, falsedad personal, lesiones personales, acceso carnal, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, homicidio y concierto para delinquir”.
El Juzgado Federal Criminal de Lomas de Zamora, Argentina, certifica también que a la señora Piraquive “no se le ha efectuado imputación alguna”; y varias certificaciones expedidas en Estados Unidos así lo declaran.
Si imprecisión hubo en este espacio, fue de tiempo verbal, y por ella ofrezco excusas. Como se infiere de lo dicho, la investigación penal por la abultada lista de imputaciones se había archivado seis meses antes de mi escrito. Di entero crédito a profusa información de prensa no desmentida, uno de cuyos episodios más sonados había sido la comparecencia de la señora pastora en la Fiscalía el 12 de febrero de 2014 a responder interrogatorio sobre presunta participación en lavado de activos. Cientos de seguidores la acompañaban.
No dice mi columna que la Iglesia de Dios Ministerial y el Mira sean la misma entidad. Sugiere, como es de dominio público, que las actividades de una y otra se retroalimentan. Lo prueba el célebre video de difusión masiva en 2004, donde aparece el entonces pastor de esa iglesia y concejal de Bogotá por el partido Mira, Carlos Baena, instando a sus fieles a conseguirle, no un voto por fiel, sino diez, para la elección de 2006. Tras la predicación, los exhorta Baena a obrar con la misma astucia de los políticos tradicionales, que van por los votos, aun comprándolos.
Daño letal, hasta guerra santa, ha provocado en Colombia esta aleación de fe y política. Su última edición, la tronante explotación del fanatismo religioso para convertirlo en votos por la guerra. Manes del uribismo contra el derecho a la igualdad, secundado por obispos y pastores a granel. ¿También de la Iglesia de Dios Ministerial?